viernes, 26 de febrero de 2010

Busca tu objetivo


Yo creo que lo importante en mi vida es tener un objetivo. Levantarme por la mañana y saber que hay algo por lo que luchar, algo que quiero conseguir, algo que con esfuerzo alcanzaré. Si algun dia no supiera que hacer, que aprender, que descubrir creo que mi vida ya no tendria sentido.

Pero siempre va a haber cosas que aprender, personas a las que conocer, lugares que descubrir y creo que eso me reconforta, y que pase lo que pase, aunque este sola o enferma que solo pueda mover los ojos, pensare que por lo menos podre descubrir cosas atraves de un libro o unas imagenes.

Yo he elegido esta imagen porque representa que con esfuerzo todos los objetivos pueden ser alcazados. Y si por alguna razon se tuerce el camino que habías imaginado seguir, lo mejor es no frustrarse y elegir un objetivo nuevo, un nuevo camino; que un clavo saca otro clavo, que la vida nos sorprende cada día, para bien o para mal, pero hay que saber buscar el lado bueno de los cambios y seguir luchando por tu objetivo.

martes, 16 de febrero de 2010

...y para todo lo demás...



Todos sabemos que ese todo lo demás es innecesario, prescindible, que un día sin ello sería difícil, pero una vida... acabaría siendo fácil, acabaríamos olvidando que lo tuvimos alguna vez, acabaríamos disfrutando de lo pequeño, de los detalles... de lo esencial...
Pero existe algo, algo anterior, algo interior, algo fundamental. Existe algo que nos mantiene vivos, algo sin lo que estamos sordos, mudos, ciegos y desamparados, en medio de la inmensidad: los pilares de nuestro ser.
¿Que cuáles son los míos? Yo los definiría, sin abusar de originalidad, como "sed y manos".
No me concibo sin sed: sed de aprender, de analizar, de desmenuzar la realidad en pequeños trocitos más simples, de progresar, de evolucionar, de conocer... de vivir, incluso. Como alguien me dijo alguna vez: "el día que crees que lo sabes todo, estás muerto", y yo lo estaría, o querría estarlo.
Pero tampoco me concibo sin manos: manos para beber de esa agua, para saciar esa sed intensa de conocimiento y vida. Las manos manejan la herramienta, y el hombre sin herramienta no es hombre: es planta. Cortad los brazos de mi mente y obtendréis un vegetal: la quietud sepulcral de una roca en un cuerpo vacío, que ocupa egoístamente un espacio valioso de atención y tiempo.
Cuando deje de ser "homo sapiens", querré dejar de ser hombre.

Esencia

¿Cuál es nuestra esencia? Mas o menos eso fue lo que nos planteó María a todos en clase. Pero aqui surgió mi duda. ¿A qué esencia se refería? ¿ A la del ser humano en general, o a la de cada uno? He aquí el problema. Podría ser que diferentes seres humanos tuvieran diferentes esencias, pero entonces, ¿cual es la esencia del ser humano? ¿Cual es la esencia común a todos nosotros? Mas o menos intente averiguar yo, aunque mas tarde me enterase de que lo que teniamos que averiguar era "lo que sin ello se nos haria muy difícil vivir". Pero en fin, yo a lo mío.
Personalmente, pienso que la esencia del ser humano es la capacidad de planear y crear. Me resulta difícil pensar en algún ser humano que no haya "creado", o al menos haya intentado "crear" algo. Y cuando digo crear me refiero a transformar algo de un estado a otro voluntariamente. Aunque el cambio sea para bien o para mal, la intención de "crear" esta ahí. Esa capacidad para cambiar lo he definido con la palabra "esperanza". La esperanza de tener proyectos. Cuando alguien pierde esa esperanza, pienso que pierde su razón de existir. Y existir sin razón, no es vida de ser humano.
Y como imagen, pongo la primera que me ha salido en el gugel al poner "proyecto".




Autosuficiencia


No podría vivir sin ser autosuficiente. Es algo que me supera. Puedo imaginarme por ejemplo víctima de un naufragio, perdido en una isla desierta, pero sé que aún seguiría pudiendo valerme por mí mismo. El sol seguiría saliendo cada día para mí y seguiría anhelando el viento en mi cara, lo sé.
Ahora me imagino construyéndome una cabaña, buscando alimento, agua, y sobreviviendo día tras día alejado de cualquier forma de sociedad. Aún seguiría queriendo vivir, estoy seguro.

Supongo que después llegaría la soledad, sobre todo por la noche, poco a poco al principio, pero fuerte y tremenda soledad después, acompañada de un sabor amargo y angustia por no poder hacer nada. Soledad que acabaría abrazando sin más remedio y que sortearía, seguro, junto a muchos otros momentos de flaqueza en que quisiera desaparecer, pero no morir, no. Sé que no.
La muerte en vida para mí se traduce en no ser autosuficiente. Al escribir estas palabras la imagen de mi abuelo en silla de ruedas, apagándose lentamente, prácticamente incapaz de hablar y esperando la muerte me viene a la mente, aquello me golpeó de lleno, verle en ése estado, sin ganas de vivir, cuando en el pasado era alguien de quien resultaba muy fácil contagiarse de vida, su espíritu de lucha o su amor por la poesía. Pero ya no tenía nada porqué luchar, nada que su corazón buscase con pasión, sus ojos lo decían.

Si no me pudiese mover o fuese tetrapléjico, pienso que sería el mismo sentimiento (no sería autosuficiente) sólo que llevado a un plano en que la raíz del problema sería algo físico y enormemente más doloroso de aceptar. Tal vez una sensación de impotencia. Siento que me sobraría energía por cada poro de mi piel, pero ¿recuerdas? No puedes moverte, ya no. Ya no dependes de ti.

Sinónimos de estar vivo son aprender, amar, mover, sentir, jugar o conseguir. Si todo esto me faltase...
Definitivamente sí, en ése caso, desearía morirme.

lunes, 15 de febrero de 2010

¿?



El miedo a la muerte. No podría vivir con plena consciencia del tiempo que me queda. Y ese "no podría vivir" es tan sólo la respuesta al más profundo de mis miedos, porque ni siquiera se si, a pesar de ser lo que más temo, realmente no podría vivir con ello.

Creo que el ser humano es capaz de adaptarse casi a cualquier cosa, y me resulta muy complejo abstraerme de tal forma que pueda llegar a encontrar una respuesta cercana a la verdad. Aún así, lo intento. Y pienso que el miedo, en su estado puro (en su esencia, cómo no), es la idea más cercana a lo que buscamos.

Hoy, lo que más me aterra es eso: la expectativa de la muerte. Como a todos, supongo. Pero puede que la angustia que me genera sea fruto del momento en que me encuentro, de mi edad, de mis circunstancias...Estoy en un punto en el que me toca esto, preguntarme por ciertas cosas, temer la muerte, creer que no podría vivir si supiera que me queda poco tiempo de vida...Pero se que guardaré este miedo bajo la cama, como todos lo hacemos en la nuestra, debajo de nuestras sábanas conocidas, de su tacto confortable, rodeados de todo lo corriente, que a menudo nos salva.

Concluiré, pues, que me siento afortunada de no saber qué es exactamente aquello sin lo cual NO PODRÍA VIVIR. Y espero que siga siendo así mucho tiempo.



Nerea

Caos

Tras darle vueltas y vueltas en busca de lo que realmente necesito para vivir, la respuesta no surge como una deducción a partir de mi análisis, si no que surge a partir del resto de ideas caóticas que han azotado mi mente en mi intento de razonar y llegar a una conclusión lógica... y este mismo concepto es la respuesta. El caos. No soy capaz de trazar el razonamiento que me ha llevado a esta conclusión, dado que no ha habido razonamiento posible, tan solo una relación aleatoria e impredecible entre las ideas que me han ido surgiendo, y ese es el encanto del caos: el desconocimiento del futuro, la emoción, el desorden y la aleatoriedad, todas las esencias unidas en una para crear la posibilidad de ser libre y poder elegir un camino que ni siquiera sabes si es el correcto por que ni siquiera hay un axioma que indique qué es correcto y qué no lo es... Esa ambigüedad forma parte del caos, esa incapacidad de determinar lo bueno y lo malo, a pesar de toda la sociología o ética que se pueda aplicar. La indeterminación, la elección, la posibilidad de equivocarse y la posibilidad de sorprender. Si todo en la vida tuviera sentido, nada tendría sentido... ¿Y qué mejor que una paradoja para intentar explicar mi necesidad por el caos?

Al mismo tiempo que elijo dicho concepto como algo esencial en mi vida, me doy cuenta de las implicaciones que tiene no solo para mi, si no para el cosmos, dado que es una parte de la existencia sin la cual nada tendría sentido y estaríamos hablando en términos de una dimensión diferente... así que quizá tanta generalización es errónea dado que nadie podría vivir sin caos, les guste o no. No podemos concebir un concepto de orden absoluto, por que dicho concepto implicaría saber que va a pasar en cada momento futuro (omnisciencia) y no poder evitarlo (causalidad), entre otras.

Intentando entonces cambiar mi generalización de caos por algo más concreto, me doy cuenta de lo que me ha impulsado a elegir tal concepto, y es quizá mi intento de globalizar varias ideas necesarias en mi vida en una sola esencia, siendo mis necesidades tales como la libertad o la capacidad de rebelión contra un orden establecido... una especie de dadaísmo ideológico. No concibo una ideología suprema a la cual todo ser humano deba someterse, dado que cualquier evento que pretenda unificar las ideologías es meramente social. No concibo la vida sin esa ambigüedad, sin esa diferencia de opiniones que nos hace sentir vivos y especiales, cosa que no sería posible en un orden absoluto... lo cual me lleva de nuevo a elegir el caos como esencia fundamental en mi vida.

Resumiendo, he elegido el caos por que no puedo dividirlo en conceptos que sean menos esenciales para mi, y al mismo tiempo he deducido que no tiene sentido elegir el caos dado que es algo necesario para cualquier persona... Es paradójico y no tiene sentido. Me encanta.





Para representar este concepto he elegido una imagen dadaísta que al mismo tiempo expresa una gran sensación de caos. He elegido el dadaísmo para enfatizar el sentimiento anti-dogmático y provocativo hacia el sentido común, la moralidad y sobretodo el orden.

domingo, 14 de febrero de 2010

Guille

La primera palabra que me viene a la cabeza es respeto. Que exista la posiblidad de que surjan todas las posibilidades. Que lo que uno cree querer hacer lo haga, y que vea qué pasa. Para poder respetar hace falta comprender, entender qué le pasa o qué está transmitiendo ese que habla, y para eso hace falta compartir un lenguaje.

Me alejé de la gente a la que más quiero, cegado por algo que yo consideraba verdades, por supuesto construidas con este lenguaje, mi padre me condiciona, pienso como él, hablo como él, aaaahhg! siempre imponiendo su forma de ver las cosas a todo el que le rodea, mi hermano mayor y su fuerte iniciativa a la hora de hacer cualquier cosa, también malinterpretándolo, yo me decía a mi mismo: "tienes que hacer tus cosas, tener tus amigos y vivir tu vida, no vivir la suya!", mi mejor amiga, con la que más comparto, también me alejé de ella pensando que no me compensaba la relación, que el estar vinculado a ella me impedía vivir muchas otras cosas, y así me quedé más sólo que nunca.

El expresar todo eso que sentía me ayudó mucho a descubrir nuevas cosas de mí, estaba mal, el mundo, mi mundo no me convencía! pero fue el silencio, el dejar de interpretar todo eso que me pasaba, lo que me empujó fuera de mí mismo, y lo que dio pie a que empezase a respetar y aceptar todo eso que para mí son defectos de las personas a las que quiero y a través de la con-vivencia, rehacer las relaciones.

Así que me surje una contradicción con esta necesidad de lenguaje que me creía...A la vez que lo necesito para expresar mis debilidades cuando necesito hacerlo,fue el no lenguaje, el no utilizar palabras para entender lo que veía lo que me hizo aceptarlas, entenderlas y respetarlas tal como son.

La palabra silencio, oyéndola, creo que simboliza bastante bien esto.


viernes, 12 de febrero de 2010

Carlos


Cuando el otro día mencioné en clase que me consideraba autosuficiente mis compañeros se extrañaron. Yo ya sabía que todos mencionarían la esperanza, la innovación o las personas. Pero creo todo esto es efímero. Las personas, como la esperanza o la necesidad de hacer algo nuevo acaban muriendo. Ninguna de las tres lo hace durante la juventud, pero en la vejez todo lo que nos sirve de soporte se esfuma. Los seres queridos mueren, la esperanza desaparece ante la proximidad de la propia muerte y la necesidad de innovar también por cuestiones de edad.

Creía que mientras me quedara mi vida nada más importaba. Pero finalmente dije que era el dolor lo que me haría imposible vivir. Nunca he sentido un dolor físico intenso real, pero hace un par de años tras el infarto de mi padre me volví un poco hipocondríaco. Por supuesto no me ocurría nada, pero no existe diferencia entre sentir un dolor real y creer que lo sientes. El dolor provoca una angustia que te hace incapaz de concentrarte en cualquier otra cosa, te impide actuar con normalidad y provoca un miedo incontrolable, por lo que creo que no podría soportar sufrir dolo intenso durante mucho tiempo.

Creo que el sentimiento que el dolor provoca con más intensidad es la angustia. Angustia es la palabra que mejor resume mi mayor miedo. En cuanto a la imagen siempre he asociado este sentimiento con el color blanco.

lunes, 8 de febrero de 2010

Empezamos...

esencia.

(Del lat. essentĭa, y este calco del gr. οὐσία).
1. f. Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.
2. f. Lo más importante y característico de una cosa.