lunes, 15 de febrero de 2010

Caos

Tras darle vueltas y vueltas en busca de lo que realmente necesito para vivir, la respuesta no surge como una deducción a partir de mi análisis, si no que surge a partir del resto de ideas caóticas que han azotado mi mente en mi intento de razonar y llegar a una conclusión lógica... y este mismo concepto es la respuesta. El caos. No soy capaz de trazar el razonamiento que me ha llevado a esta conclusión, dado que no ha habido razonamiento posible, tan solo una relación aleatoria e impredecible entre las ideas que me han ido surgiendo, y ese es el encanto del caos: el desconocimiento del futuro, la emoción, el desorden y la aleatoriedad, todas las esencias unidas en una para crear la posibilidad de ser libre y poder elegir un camino que ni siquiera sabes si es el correcto por que ni siquiera hay un axioma que indique qué es correcto y qué no lo es... Esa ambigüedad forma parte del caos, esa incapacidad de determinar lo bueno y lo malo, a pesar de toda la sociología o ética que se pueda aplicar. La indeterminación, la elección, la posibilidad de equivocarse y la posibilidad de sorprender. Si todo en la vida tuviera sentido, nada tendría sentido... ¿Y qué mejor que una paradoja para intentar explicar mi necesidad por el caos?

Al mismo tiempo que elijo dicho concepto como algo esencial en mi vida, me doy cuenta de las implicaciones que tiene no solo para mi, si no para el cosmos, dado que es una parte de la existencia sin la cual nada tendría sentido y estaríamos hablando en términos de una dimensión diferente... así que quizá tanta generalización es errónea dado que nadie podría vivir sin caos, les guste o no. No podemos concebir un concepto de orden absoluto, por que dicho concepto implicaría saber que va a pasar en cada momento futuro (omnisciencia) y no poder evitarlo (causalidad), entre otras.

Intentando entonces cambiar mi generalización de caos por algo más concreto, me doy cuenta de lo que me ha impulsado a elegir tal concepto, y es quizá mi intento de globalizar varias ideas necesarias en mi vida en una sola esencia, siendo mis necesidades tales como la libertad o la capacidad de rebelión contra un orden establecido... una especie de dadaísmo ideológico. No concibo una ideología suprema a la cual todo ser humano deba someterse, dado que cualquier evento que pretenda unificar las ideologías es meramente social. No concibo la vida sin esa ambigüedad, sin esa diferencia de opiniones que nos hace sentir vivos y especiales, cosa que no sería posible en un orden absoluto... lo cual me lleva de nuevo a elegir el caos como esencia fundamental en mi vida.

Resumiendo, he elegido el caos por que no puedo dividirlo en conceptos que sean menos esenciales para mi, y al mismo tiempo he deducido que no tiene sentido elegir el caos dado que es algo necesario para cualquier persona... Es paradójico y no tiene sentido. Me encanta.





Para representar este concepto he elegido una imagen dadaísta que al mismo tiempo expresa una gran sensación de caos. He elegido el dadaísmo para enfatizar el sentimiento anti-dogmático y provocativo hacia el sentido común, la moralidad y sobretodo el orden.

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