Al mismo tiempo que elijo dicho concepto como algo esencial en mi vida, me doy cuenta de las implicaciones que tiene no solo para mi, si no para el cosmos, dado que es una parte de la existencia sin la cual nada tendría sentido y estaríamos hablando en términos de una dimensión diferente... así que quizá tanta generalización es errónea dado que nadie podría vivir sin caos, les guste o no. No podemos concebir un concepto de orden absoluto, por que dicho concepto implicaría saber que va a pasar en cada momento futuro (omnisciencia) y no poder evitarlo (causalidad), entre otras.
Intentando entonces cambiar mi generalización de caos por algo más concreto, me doy cuenta de lo que me ha impulsado a elegir tal concepto, y es quizá mi intento de globalizar varias ideas necesarias en mi vida en una sola esencia, siendo mis necesidades tales como la libertad o la capacidad de rebelión contra un orden establecido... una especie de dadaísmo ideológico. No concibo una ideología suprema a la cual todo ser humano deba someterse, dado que cualquier evento que pretenda unificar las ideologías es meramente social. No concibo la vida sin esa ambigüedad, sin esa diferencia de opiniones que nos hace sentir vivos y especiales, cosa que no sería posible en un orden absoluto... lo cual me lleva de nuevo a elegir el caos como esencia fundamental en mi vida.
Resumiendo, he elegido el caos por que no puedo dividirlo en conceptos que sean menos esenciales para mi, y al mismo tiempo he deducido que no tiene sentido elegir el caos dado que es algo necesario para cualquier persona... Es paradójico y no tiene sentido. Me encanta.

Para representar este concepto he elegido una imagen dadaísta que al mismo tiempo expresa una gran sensación de caos. He elegido el dadaísmo para enfatizar el sentimiento anti-dogmático y provocativo hacia el sentido común, la moralidad y sobretodo el orden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario